Un Viernes Santo sin flagelantes: así se ven el Caño de las palomas, calle de la ciénaga y la cruz vieja
Esto ocurre en Santo Tomás, 'meca' de los flagelantes en el Atlántico, durante el Viernes Santo.
La tradición de más de 100 años de los flagelantes en Santo Tomás no se realizó este Viernes Santo en esa población del oriente del Atlántico.
El coronavirus y la autoridad lograron lo que la Iglesia Católica ha tratado de erradicar.
La cuarentena por la pandemia de coronavirus, la ley seca que rige en ese municipio desde el pasado miércoles y hasta el próximo lunes, además de los requerimientos de la alcaldía y de la iglesia católica, convencieron a quienes por década se venían flagelando, para que no salieran en este día de penitencia.
En 2019 fueron más de 30 los flagelantes que hicieron el extenso recorrido de más de tres kilómetros, con siete estaciones en las que un acompañante le hace cortes en la espalda con una cuchilla de afeitar para destapar los poros ya inflamados por los castigos que se autoinflingen con bolas de cera.
Por primera vez, el Caño de las palomas, la calle de la ciénaga y hasta la cruz vieja, lucen solitarias un Viernes Santo.
Lo que es la primera estación, una vieja casa azul de madera tampoco ha tenido las aglomeraciones de otros años.
Tomás Guardiola Sarmiento, alcalde de Santo Tomás, destacó “las medidas que se tomaron y las visitas casa a casa a los flagelantes más antiguos para que respetaran la cuarentena”.
Resaltó el alcalde la recomendación que se les hizo en el sentido de la aglomeración que podrían causar si salían poniendo en peligro la salud de ellos y al de los tomasinos.
En entrevista con el periodista Manuel Pérez, el alcalde resaltó que más de 20 policías están vigilando la calle de la ciénaga que recorren tradicionalmente los flagelantes. “Para que no haya aglomeraciones”, dijo.
El mandatario felicitó a los flagelantes que no salieron “a pesar de sus creencias”.
Sobre la situación del joven infectado por Covid-19 en Santo Tomás, reiteró que está siendo atendido 24 horas en Barranquilla en un albergue provisional que dispuso la Gobernación del Atlántico.
Además se identificó en el sector en donde vive el jóven y se le practicó la prueba a otras 6 personas que compartieron con él.